sábado, 19 de diciembre de 2009

Placebo...

Hola.
Siento no tener mucho que decir. Quizás me gustaría dedicarle una entrada a mi estado de ánimo y así poder desahogarme un poco, pero daría igual...además, sería salirme de la tónica del blog...así que sin más, os dejo otro fragmento.

Una persona corría de un lado para otro sin un rumbo fijo. Parecía divertirse con aquello. Su rostro no se distinguía a causa de la oscuridad de aquel lugar, no había ni un ápice de luz. Después de correr durante varios minutos se detuvo, y no hizo nada más.

Comenzó a avanzar lentamente en una dirección, sin apartar la vista del horizonte. Parecía predispuesto a hacer algo que requería cierta concentración. Después de medir la distancia cogió impulso y volvió a correr, esta vez con una dirección fija. Aceleraba un poco más la carrera a cada zancada que daba, parecía que sus pies no tocaban el suelo, era sumamente silencioso. Siguió corriendo y enseguida desapareció...ya no estaba allí.

Una claridad iluminó la estancia y en la dirección en la que se había dirigido aquella persona se acababa el camino, no había absolutamente nada. El desconocido se había precipitado al vacío y habría muerto con total seguridad, había demasiada altura desde aquel acantilado.

Unos segundos más tarde se podía observar a una criatura voladora de un tamaño realmente increíble alzando sus alas y volando a la altura del mar. Sus alas totalmente extendidas y espléndidas brillando a la luz de la luna iluminando el camino. Era realmente increíble lo que aquella criatura estaba haciendo, tanto que el desconocido que había saltado por aquel acantilado perdía importancia ante aquel esplendor. Era realmente precioso, una maravilla que todo el mundo debería conocer. Aquella criatura se alejaba lentamente, se perdía en la distancia con su sinuoso movimiento rozando el agua. Era solo un punto negro en la lejanía, solo se distinguía el brillo de sus alas...desapareció.


Nos leemos.

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